miércoles, 20 de junio de 2007

¿Y por qué?

Porque me gustan las mentiras, pero odio el sabor amargo del desengaño. Porque me gusta complicarme la vida, pero soy sencillo. Porque me gustan los desafíos, pero andar sobre seguro. Porque me gusta el riesgo, pero detesto ir contracorriente. Porque me gusta la rutina, pero soy impredecible.

Dos de arena por cada una de cal.

Porque viviría siempre de noche. Porque siempre falta una pizca. Porque los amigos como vienen se van. Porque no hay más ley que la lealtad. Porque mover ficha implica ceder el turno.

Porque no hay dos sin tres. Porque soy amante del silencio y la soledad.

Porque respeto y sé escuchar. Porque cuanto más me das, menos te doy. Porque acertar es más difícil que equivocarse.

Son tantas razones...

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