martes, 3 de julio de 2007

Mi lucha con TRESAMI, vol. II

(ver capítulos anteriores: La odisea de comprar piso y Mi lucha con tresami, vol. 1)


Sucedió el 25 de Abril de 2005, por la tarde.





16 horas. Llegué a mi cita con mi habitual puntualidad británica.


La zona no era la octava maravilla del mundo, pero al menos el edificio se veía "relativamente" nuevo y le daba el sol al mediodía. Viendo los minipisos que ofrecía la ministra de la vivienda, esto era una mansión.


Enseguida llegó la chica de la "Agencia" y esperamos en el portal a un tercer individuo. Se van destapando intermediarios. Es cuando me entero de que el piso no pertenecía directamente a TRESAMI. No me podía creer que la comercial me decepcionase. Por lo visto entre varias agencias compartían los pisos que les entraban a la venta, con su respectivo incremento de precio para repartir sus comisiones, claro.


Y este tercer individuo, de nombre "David", y en adelante apodado el chico de astures, era uno de esos intermediarios que pululan por el mundo de las inmobiliarias.


Pero resulta que el de astures ni siquiera tenía las llaves del inmueble para enseñarlo, así que había que despertar de la siesta a los entrañables ancianos vecinos de al lado para que nos abriesen la puerta del piso.


Se da la patética casualidad de que el de astures me reconoció por unas apariciones en TLG y entonces quiso hacerse el enrollao conmigo. El era una mole de dos metros de altura y portaba un traje oscuro que le confería aspecto de siniestro, vamos, excesivamente serio.


Pero todo esto no toma importancia, porque lo importante es que por fin tenía mi "futura adquisición" a un palmo de mis narices, y la indumentaria del intermediario me la traía floja.


Este hombre formaba parte de una sociedad llamada AGENCIA ASTURES que también será objeto de mi blog, pero más adelante, todo a su tiempo.



Continuará