
Pues nada señores, ya estoy de vuelta, que no de vuelta de todo.
Después de esta injustificada ausencia vuelvo con los dientes afilados como la foto de arriba, y espero que de una vez pueda tener un poco de estabilidad en todos los sentidos para seguir dando vida a mi querido blog.
Hasta el 40 de Mayo no te quites el sayo, que decía el refrán, y coincide justo hoy. Así que me quito el sayo y voy desenfundando mi espada.
Tengo ganas de contar largo y tendido en qué quedó todo el asunto de mis compras fustradas y mis penitencias con las celebérrimas agencias inmobiliarias que ya conoceis, y que como algunos ya sabeis acabó en los tribunales porque los pobres se sintieron heridos.
Pero tiempo al tiempo camaradas, que estos platos vale más comerlos frios, y tengo todo el tiempo del mundo para dejarlos enfriar, no me hace falta ni soplar...